Esta semana tenemos una cita importante. En el palacio de congresos de Albacete nos esperan más de 1.000 personas para compartir el congreso más importante de Europa sobre la "Vida después de la vida", organizado por Rafael Campillo y su equipo. Y para allá nos vamos.

Participamos en él por varias razones. Por la calidad de los ponentes e invitados, llegados de diferentes partes del mundo, todos ellos especialistas de primer orden, por el público asistente y, sobre todo, por razones humanitarias. Todos los fondos que se recaudan, después de pagar los gastos de organización, que son muy pocos, nadie cobra cache, excepto los gastos de estancia y desplazamientos, se destinan a acciones de ayuda humanitaria controladas por "Mensajeros de la Paz", la organización del Padre Ángel.

Nuestro ángel, el padre que, estará con nosotros además de Federico Mayor Zaragoza y otros muchos invitados. Os dejo el enlace a la Web del Congreso para que tengáis toda la información.

Llevamos participando en éste congreso casi desde su inicio y nos sentimos orgullosos de poder hacerlo. Así, demostramos que el mundo del misterio sirve para algo más que llenar los medios de palabras huecas y vacías. Y todo, por el empeño de Rafael Campillo, que lleva años y años, empeñado en ésta labor sin cobrar ni un duro. Él mismo, se paga incluso el hotel y sus comidas... Así es él.

Otro ángel. De lo poco -EXCEPCIONAL- que queda en éste planeta. Él y su familia. Sirvan estas líneas como homenaje a su trabajo y labor constante y silenciosa. Si existe algo mas después de la vida, seguro que ya tiene un sitio de honor en el mejor lugar de los cielos.

Ésta semana, sólo eso. Homenajear a los ángeles, que con cuerpos humanos están entre nosotros, haciendo labores de titanes en silencio. Gracias.

Y más gracias por dejarnos estar a vuestro lado. En mi nombre, el equipo del programa y, de esas miles de personas, llegadas desde toda España, que van a compartir este fin de semana. Gracias.

A abrigarse que parece que ha llegado el invierno. Acordaros, éste fin de semana, de cambiar la hora, hay que retrasarla.