25/05/2019

Pantallas

No sé si ya había hablado de esto... Tampoco sé si alguien lo lee o si sirve para algo. Pero quiero recordármelo en éste momento, verbalizarlo, escribirlo para ser más consciente de ello. Lo volvía a comentar ayer con unos amigos. "El peligro que suponen las pantallas y los aparatos digitales, esos que dicen que son: inteligentes. Teléfonos, tabletas, ordenadores y demás inventos.

Es curioso, vas en los transportes públicos y ves a casi todo el mundo enganchado a ellos. Viendo mensajes, noticias o qué sé yo. ¿Hará falta estar tan informado?. La mente humana tiene un cupo preciso de albergar información, si se satura, como los ordenadores, no se entera de nada. Peta. ¿A lo mejor es lo que se pretende, que petemos?.

Seguimos. Algunos expertos van alertando ya de sus peligros.

Aunque pueda parecer exagerado, numerosos investigadores ya están alertando de que hay muchas personas con teléfono móvil que están sufriendo problemas físicos y psicológicos como ansiedad, palpitaciones y sudores cuando olvidan el móvil en casa, su tarjeta de prepago se queda a cero, se quedan sin cobertura o sin batería

Y esto, solo es el comienzo de esta nueva plaga que nos invade sin darnos cuenta. Se decía que estaban naciendo seres especiales en el planeta. Niños índigo, cristal, arco iris. "Ellos han estado siempre entre nosotros, pero a partir de los años 70, justo cuando la Tierra comenzó a entrar en la Era de Acuario su número empezó a aumentar, logrando así un cambio para mejor que hoy es fácil presenciar...".

Ellos, eran la esperanza de nuestro mundo. Pero... Pero ya han caído en las fauces de ese monstruo que lo devora todo a través de las pantallas de los móviles, teléfonos y demás. Me entristezco al ver a padres que dejan a sus niños, en el carrito, aun sin poder caminar, el teléfono o la tableta. Será para que estén entretenidos y no den la lata. Digo yo.

No nos damos cuenta que con ello, les estamos encerrando en el mundo virtual y robándoles parte de sus atributos. Y no ocurre solo aquí en España, en cualquier parte del mundo, sea donde sea, ya los ves atados a esos artefactos infernales.

Nos robaron el silencio. Nos robaron la capacidad de discernir, de evaluar, de comprender con el exceso de información. Y ahora nos roban la esperanza de esos niños especiales que están naciendo. Ellos que eran la esperanza del futuro están cayendo en la trampa. ¡Qué Dios nos pille confesados!.

Ahí lo dejo. Lo escribo para no olvidarme de ello. Ahora apago el ordenador y me voy a ver la vida, a ver cómo va. Hay futbol y votaciones. Hum... apasionante...

Feliz semana

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