Ya lo advertían las profecías. Renacería la Diosa y su poder. Ya está pasando. Renace de sus cenizas, de las antiguas ruinas. Lo hemos visto y sentido. En las manifestaciones por toda España, por todo el mundo. En Egipto, en Philae, en el templo de la Diosa Isis, la madre. En los templos megalíticos de Malta, donde cercenaron sus cabezas para quitarles el poder.

Pero hoy salen a la luz, renacidas, vigorosas, llenas de poder. Es tiempo de cambios. La madre nos trae los nuevos cambios. Nuevos valores. La ternura, el amor incondicional, la caricia llena de sensibilidad... La luna con su poder mágico lo vuelve a llenar todo. Pero no para establecer luchas, sino para sumar, para unir, para reunir a los dos sexos y, seguir camino hacia el futuro.

Ojala, las fuerzas del pasado les dejen paso, sin más errores, sin más enfrentamientos. Estamos aquí, femenino y masculino, para completarnos, para ser uno y avanzar.

El ying y el yang completando la unidad necesaria. Bienvenida Diosa, te abrazo... te adoro y, me uno a ti en tu ternura y sensibilidad, con esperanza en los nuevos caminos que se nos abren hacia el futuro.

Las mujeres y hombres que estos días han inundado las calles son el grito que nos avanzaba la profecía. Es tiempo de nuevas luces y, para colmo, ya llega la primavera. La Madre Tierra ofreciéndonos de nuevo, sus colores, sus olores, sus frutos.