En muchas de nuestras ciudades de este mundo se han encendido las luces. ¡Ya ha llegado la Navidad! Eso dicen. Las calles se llenan de vatios de energía que pretenden alegrar los corazones ante un tiempo nuevo de nacimiento. O para animar las ventas de los comercios.

Nosotros también queremos celebrarlo, a nuestra manera, tratando de huir de esos ruidos, de esas prisas, de las compras... Por eso, nos vamos a los desiertos y río de los faraones, a visitar a Diosas, templos y pirámides... Queremos iniciar el año nuevo en esas tierras.

Después seguiremos viaje, en Febrero, a una isla casi olvidada y perdida, en el Mediterráneo, pero llena de tesoros como es Malta. Las veces que la he visitado me he sentido abrumado por la cantidad de tesoros, claves, energías que existen en ella. Todas recónditas, ocultas.

Aunque parece que no interesa mucho que se conozca demasiado... Dicen que allí se ocultan muchos secretos e, incluso la clave del final de las Diosas que ahora renacen. Algo que debemos aprender en éste camino que siguen algunos de los iniciados. Y lo haremos, si Dios quiere, acompañados por unas cuantas almas que persiguen algo de luz.

Pero antes. Mañana mismo, domingo, día 16 de Diciembre, haremos que el mundo del misterio, sirva para algo más que unas cuantas palabras. A las 13 horas en la Iglesia de San Antón, de Mensajeros de la Paz, entregaremos al Padre Ángel, los beneficios del último congreso de Vida después de la Vida de Albacete, organizado por ese otro arcángel: Rafael Campillo y su equipo. Algo más de 40.000 euros.

A veces los Ángeles, Arcángeles y demás pobladores de las cortes celestiales, visten de pantalones vaqueros o de sotanas y, ocultan, un poco, sus alas... Pero les delatan sus actos. Y mañana a las 13 horas, procuraremos estar cerca de ellos para ver si se nos pega algo de su luz... ¡Estáis todos invitados! Será un sencillo acto que, servirá para llevar algo de luz, de la de verdad, agua y, algo más a esos niños olvidados y desfavorecidos de nuestro planeta.

Os esperamos, si estáis a tiempo de leer estas líneas. En éste mundo, a veces las cosas no son lo que parecen y las luces, las de verdad, no hace falta encenderlas... Se llevan de serie. Mañana veremos algo de todo ello. Pero no levantéis mucho la voz, las cosas esenciales, se hacen, casi en silencio. Sin muchos ruidos y, se sienten y se ven, como decía el pequeño príncipe, con el corazón.

Lo otro, lo que nos tratan de dar, sirve para esconder y alejar las verdades. Disfrutar de esta Navidad que, según anuncian, ya ha llegado.