14/07/2018

Final feliz

Me gustan los finales felices y he estado esperando toda la semana para escribir estas líneas. Mi atención, como la de muchos seres humanos del planeta, estaba a miles de kilómetros, en Tailandia, en el interior de una cueva. La cueva de Tham Luang. Allí el monitor Ekapol Chantawong y 12 niños quedaron atrapados durante más de 15 días.

La gruta, la cuarta más larga de Tailandia y a pocos kilómetros de la frontera con Laos y Birmania, se encuentra en una montaña de piedra caliza, muy porosa. Su interior se inunda habitualmente durante las fuertes lluvias del monzón, entre mayo y octubre. No me puedo imaginar cómo han sido esos días, allí solos, perdidos, sin comida, sin agua. Menos mal que los milagros se fueron sucediendo.

Dos buzos británicos dieron con ellos, John Volanthen y Richard "Rick" Stanton y, comenzaron los milagros. Su rescate se planteaba como el más peligroso que se había planeado. Tanto que el experto buzo tailandés Samarn Poonan dejo su vida por el camino. ¡Los dioses lo tengan en su gloria y le premien su gesto! A pesar de ello, los milagros continuaron. Miles de personas voluntarios se lanzaron a la empresa del rescate, entre ellos españoles también, el buzo Fernando Raigal. Todo el planeta, angustiados, seguíamos las noticias, esperando el milagro.

Yo he tenido la oportunidad de bucear en cuevas, en pocas ocasiones, me parece una experiencia demasiado peligrosa. Y estando ahí dentro, te das cuenta de lo vulnerable que te encuentras. Con esa mínima experiencia en buceo en cuevas que yo tengo, sabiendo de la angustia y miedo que se siente ahí dentro; no me puedo ni imaginar cómo han podido, esos niños y su monitor, sin apenas saber nadar, sin nociones de buceo, vivir la experiencia de la cueva.

La madre tierra los protegió, los dioses de todas las culturas, los rezos de todos los padres y madres de este planeta les ayudaron, sin duda. Es una buena noticia que hoy quería compartir. Han salido ilesos y, benditos sean ellos y, sobre todos esos miles de voluntarios que estuvieron allí para ayudarles. A veces, los seres humanos, son capaces de mostrar lo mejor de sí mismos. Y es reconfortante en medio de tantas malas noticias como nos vomitan a diario los medios de comunicación, tener estas buenas nuevas.

Los jabalíes han vuelto a nacer, la madre tierra los ha vuelto a parir y los ha sacado a la luz. Ojalá llenos de bendiciones y de oportunidades para una vida plena. ¡Los jabalíes vuelven a jugar, correr, a vivir! ¡Gracias por esa buena noticia, mundo, planeta, madre tierra!

Por nuestra parte terminamos temporada. Nos vamos de viaje, primero a Bosnia, a ver las pirámides y a sentir el misterio de las apariciones de la Gospa, en Medjugore. Después seguimos rumbo a Indonesia, a las "islas de la serenidad" para sentir nuevas culturas.

Hoy nos despedimos de esta temporada llenos de gratitud. Gracias por ese final feliz y por tantas horas de sentimientos, pensamientos e ideas compartidos. Además de los abrazos que nos hemos dado en los encuentros que hemos tenido con todos vosotros a lo largo del año. Feliz verano para todos. Volvemos en Septiembre llenos de ilusiones y de nuevos sueños por cumplir. Bendiciones para todos. Feliz semana. Feliz verano. Me gusta mucho que las cosas acaben bien.

¡¡¡Gracias!!!

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