Aquí estamos de nuevo, recién llegados, de un nuevo viaje a Egipto, renovados por las energías de ese mágico país. ¡De nuevo ha sido una experiencia fantástica! Junto a todo el grupo de almas que nos acompañó, hemos vivido, de nuevo, esas sensaciones mágicas que, los viajes te regalan. Visitamos templos, nos llenamos con sus energías. Acariciamos diosas que nos desvelaron el velo de algunos de sus secretos. Navegamos por el sagrado río Nilo, sintiendo la fuerza de su vida. Compartimos enseñanzas con maestros de la tradición egipcia.

Y, para terminar, cerramos la gran Pirámide de Keops, sólo para nosotros. Y allí dentro, en la cámara real, la magia volvía a regalarnos sus beneficiosos efectos. ¡Qué poderosas energías confluyen en ese lugar!. Un viaje mas, hemos podido comprobar, resentir y, revivir, que se puede ser feliz. Que la vida, sólo por el mero hecho de existir aquí, en éste planeta, nos proporciona momentos únicos para ser felices. Nos regala todo lo que necesitamos para serlo.

Solo hay que dejarse ser... Volver a recuperar la curiosidad del niño interior, la confianza en el juego vital, las ganas de compartir, la de sentir y olvidar los miedos que, muchas veces, nos impiden ser tal y como somos. Seres bellos, humanos, luminosos. Lo he podido sentir y comprobar de nuevo en los rostros de todos los que nos acompañaron en esta nueva aventura. Estaban luminosos, renovados. Llenos de magia.

Gracias a todos y cada uno de ellos, los que vinieron con nosotros, por la oportunidad de comprobarlo de nuevo, de volver a vivirlo. De compartirlo. Emprendemos una nueva etapa, una nueva primavera, un nuevo tiempo de florecimiento, de renacimiento. Como renace el sol, en estos días, como renace Cristo de nuevo. Es también nuestro momento para aprovecharlo. La vida nos lo regala. Aceptemos el regalo y vivámoslo con plenitud.

Y así, encaramos el nuevo tiempo, los nuevos viajes. Esos que en Julio, nos llevarán a encontrarnos con la Virgen María en Medjugorje y, con el misterio de las Pirámides de Bosnia. Y en Agosto, con la isla de los dioses en Indonesia.

Estamos felices, renovados, pero no olvidamos a las almas que siguen sufriendo. En Gaza, en Cisjordania y, en tantos y tantos lugares donde aún, los miedos y la oscuridad siembra el terror y la muerte. Ojalá para ellos también llegue el tiempo de resucitar a la vida.