Llovió, pero poco, apenas unas gotas para llenar nuestros pantanos, esos que asegurarán el suministro de algo tan vital como el agua. Llovió poco, pero menos mal que esas lluvias sirvieron para apagar fuegos asesinos, esos que se llevaron por delante hectáreas de montes y vidas humanas.

Por otro lado, en nuestro país, se alza el ruido de fondo de nuestros políticos, gritos que ahogan otras noticias, otras tragedias, como la de esas pobres gentes en Galicia, Asturias, Portugal que se quedaron sin casa, sin vida. ¿Quién se acuerda de ellos ahora? ¿De esos pobres ancianos que han perdido su hogar, su trabajo de toda una vida, sus esperanzas? ¿Por qué no les llega la ayuda a ellos, de forma urgente, inmediata? Unos pocos euros bastarían para que puedan reconstruir sus casas, su vida, sus esperanzas.

Sus gritos desesperados se ahogan entre los de los políticos que chillan en la maraña de la actualidad. Se me rompe el alma al ver las imágenes de esos ancianos, de esas personas que lo han perdido todo o, casi todo.

Mientras, nos obligan a poner la atención en otras cuestiones, en cortinas de humo para ocultar realidades cercanas, dramáticas, urgentes. ¡Mundo extraño este en el que vivimos¡ No sé si hay formas de hacer algo por ello, por los olvidados.

Me quedo con el mensaje esperanzador de la solidaridad, de las gentes de esos lugares que se lanzaron a ayudar, a ofrecer sus casas, su comida, su ropa para ayudar a los damnificados.

Me quedo con ese ejemplo. Pero no olvidemos las voces de los que lo perdieron todo, entre tanto ruido de los políticos. Ellos nos necesitan... Y si hay cuentas de ayuda para esos que perdieron todo, en Galicia, en Asturias, decírmelo... me gustaría poder ayudarles también, aunque fuera de forma simbólica con algunos euros. Un poco de muchos puede hacer un mucho...

Nos vemos en Albacete, allí estaremos para entregar una nueva emisión del programa y para abrazarnos con todos los que siguen estando algo vivos. https://www.vidadespuesdelavida.es/