Pasaron las fiestas, las navidades, el solsticio de invierno, la fiesta del sol invicto. Y encaramos un nuevo tiempo, un nuevo año. No sé si os habéis fijado en que muchos de las frases de la pasada navidad tenían como objeto la palabra: COMPARTIR. Compartir la ilusión de la lotería, los regalos... Los publicistas saben cómo utilizar las palabras que aun conservan algo de su poder. Y compartir aun lo tiene, o lo tenía. Utilizarlas mucho y sin sentido, le quita la fuerza que poseen las palabras. Pero ahí ha quedado.

Y como siempre es bueno ver las señales en su forma positiva, nos quedaremos con eso. Con el tiempo de compartir. Ojala este año nuevo, el 2017, que llega con densos presagios, con nuevos presidentes en el imperio, con nuevas amenazas, con guerras interminables, sea el año del COMPARTIR.

Algunas de las definiciones que dan de la palabra dicen de ella:

Del latín compartir, es la acción de distribuir, repartir o dividir algo en varias partes. De esta forma, es posible el disfrute en común de un determinado recurso o espacio.

Participar con otras personas en alguna cosa.

Tener conjuntamente una cosa para hacer uso de ella.

Acto de participación recíproca en algo, ya sea material o inmaterial. Lleva implícito el valor de dar (la generosidad) y de recibir, aceptar o acoger lo que otra persona ofrece.

Cuando estamos recién nacidos, vivimos fundamentalmente de lo que recibimos; a medida que crecemos, nos vamos dando cuenta de que saber vivir, significa que en la medida que se da, se recibe. El ser humano tiene mucho que compartir a lo largo de su vida: bienes materiales, ideas, proyectos, actividades, sentimientos, experiencias, sufrimientos, dificultades, dinero, entre otros.

Todo eso dicen de compartir. Hace muchos años tuve una experiencia en la que se hablaba de esa palabra. Era la clave de un nuevo tiempo. El tiempo del compartir. Y no sé si será casualidad, pero me gustaría que este nuevo año fuera el comienzo del Compartir.

De dar y recibir con generosidad. DE PARTIR CON... De nuevos viajes, de nuevas ilusiones. Nuevos proyectos y sentimientos. Que la nueva luz que ya renace en los cielos nos llene de luminosidad, de claridad, en nuestra mente y corazones. Ojalá sea así. Así, al menos os lo deseo a todos.